Las aplicaciones y las redes sociales se han apoderado del tiempo para hacer que nuestro reloj de la seducción en ocasiones parezca interminable. Ellas son testigos casi a diario de conversaciones del tipo: «no me ha escrito en todo el día», ¿qué significa? y sobre todo ¿qué hago? No tenemos la fórmula mágica para hacer desaparecer tus dudas y la bruja de Blancanieves tampoco tiene el elixir de la eterna juventud, pero seguramente te habrás visto reflejada en alguna de estas situaciones. ¡Pasa a la acción!
No me ha escrito (después de pasar la noche en casa)
Ese baile improvisado y las dos horas de conversación que siguieron al postre dejaban adivinar que esa noche ibas a terminar con sabor dulce en los labios. Y así fue. Las sábanas de tu cama todavía guardan ese olor a pasión desenfrenada y la sonrisa que se ha dibujado en tu cara esta mañana avecinan un domingo happy.
Pero una vez que bajas de la nube y pones los pies en la tierra te das cuenta de que no te ha dejado un mensaje de despedida, un trozo de papel escrito en la mesilla, un pos-it en el frigo, o un whatsapp el móvil. ¿Qué haces?
Opción A: Has decidido que esta vez tú darás el primer paso así que le preguntas: «¿Qué tal fue tu domingo?». Puede ser la forma más fácil de romper el hielo y de comprobar al mismo tiempo si la nube de la pasión sigue rondando por su cabeza.
Opción B: Sigues esperando. Lo que conlleva que empieces a imaginarte historias del tipo: está con su ex, finalmente no le intereso, creo que me está evitando, etc… Puestos a dramatizar también puedes pedir la solicitud al grupo @desesperateswomen cuyo lema dice: #estaenlinea #noescribe #resistire #paso y terminar tus días dándole de comer a una docena de gatos en casa.
No me ha escrito (hace más de una semana)
Después de varios mensajes, alguna llamada de teléfono noctura y conversaciones en las que tu pensabas que había mucho de complicidad, nada más. Hace una semana que no tienes noticias y todo tiene pinta de acabar en un ghosting. Tienes dudas, muchas: ¿hasta cuándo espero?
Opción A: Despliegas todas tus dotes «detectivescas» y te lanzas a la busca y captura del poeta que te deleitaba con sus ingeniosas respuestas. Facebook, Twitter, Snapshat, y toda tu red de contactos directos, véase tu madre, tus amigos y tu gato se movilizan para encontrar alguna pista que te lleve a resolver el misterio.
Opción B: Cierras el kiosko de rumores y optas por buscar más peces en el mar. Y no es porque no tengas esperanzas de que pueda volver a darte señales de vida (seguramente lo hará) pero te da un poco de pereza esperar. Así que te pones en modo ON y preparas tu manual de seducción para no perder el próximo tren.
No me ha escrito más
Dícese del momento en el que la otra persona no manifiesta «señales de vida» después de un lapsus bastante considerable de tiempo. Si no hay repuesta a tus últimos tres mensajes entonces lo mismo ha decidido hacer realidad su sueño de ser astronauta y lanzarse a la aventura de Marte. En el fondo siempre pensastes que sus castillos de arena en el espacio no iba a llevaros muy lejos. ¡Corto y Cambio!